lunes, 18 de marzo de 2013

Removiendolo todo

Esta época del año, en la que realmente todo empieza un nuevo ciclo, es la mejor época para removerlo todo; sobre todo la tierra.
Ahora, que los frutales de verano, sobre todo los ciruelos, y otros como los albaricoques o, las cerezas, ya están todos rellenos de flor,es cuando mejor se ve el inicio del ciclo:
Vistos así, lo cierto es que quedan muy espectaculares los árboles. Dentro de poco, estas flores blancas que cubren totalmente el árbol se convertirán en ciruelos; de hecho, algunas flores ya se han cambiado por frutos:
Esto en cuanto a los ciruelos. Su ciclo realmente es muy breve, y en unas pocas semanas, ya no quedará ni rastro. De momento, las almendras también siguen su ciclo y ahora ya empiezan a ganar tamaño:
Decía al principio del escrito que es el momento de removerlo todo, sobre todo la tierra, y eso es lo que hice esta semana. Había empezado como siempre, con la azada, pero un par de semanas de mal tiempo, me habían destrozado la planificación. El año pasado, tuve la suerte de comentarlo con mi primo quien no lo dudó un segundo y con su mula mecánica, lo removimos en un instante. Pero las circunstancias no eran las mismas, y cuando ya empezaba a temer que me pillara el toro, hablé con mi amigo Miguel; dicho y  hecho, vino con su motocultor  y en una mañana hicimos (bueno, mejor dicho, hizo, ya que prácticamente lo hizo él solo, y yo solamente le ayude) mucho más de lo que me imaginaba:
Así que ahora, a la marcha; esta próxima semana ya tengo planificado que tengo que preparar los surcos para plantar los tomates y todo lo habitual en la primavera. Aunque de lo mas contento que estoy es que al cabo de cuatro años, solo con mi esfuerzo y alguna ayuda puntual como esta de hoy, ya he conseguido ver estas dos tablas totalmente limpias; casi que ni me lo podía creer:
Pero así me ha ido, fenomenal y ahora, a seguir, que es lo que toca, porque si no sigo yo, seguirá la naturaleza, y me lo volverá a dejar igual.

domingo, 10 de marzo de 2013

La fuerza de la primavera

El buen tiempo que está haciendo ahora, independientemente del viento, que si que fastidia, unido a estas dos sesiones de lluvias abundantes, han hecho que las plantas cojan una fuerza realmente espectacular. Es lo que tiene la primavera:
Si hace un par de semanas eran los almendros, ahora corresponden a los ciruelos; la fruta de verano está ahora en plena floración. Los almendros ya no tienen flor, sino que ya van mostrando sus frutos:
Es la primavera, se nota en todo: las higueras que tengo plantadas, ya comienzan a mostrar sus primeros brotes:
Estos brotes, que en algunos casos ya son pequeñas hojas, comenzarán a ramificarse en breve; luego, en las ramas saldrán más hojas y prácticamente enseguida, los primeros higos. Por cierto, la diferencia entre los higos (que son perfectamente comestibles en la segunda parte del verano) y las brevas (finales de primavera, principios del verano) es el sitio donde nacen: los higos nacen como una pequeña yemita al pie de la hoja, mientras que las brevas nacen en el trozo de rama que hay entre dos hojas. Un poco de "culturilla" nunca viene mal.

Aunque son de invierno, este clima tampoco les va nada mal a las habas. Después de lo que les costó que fructificaran, ahora se están comportando:
Ahora es el momento en que todo comienza a renacer, los árboles empiezan a sacar sus nuevos brotes, como sucede con el níspero que planté hace un par de semanas:
O con las fresas, o con las cebollas:

Así que con la satisfacción que me llevo de ver como va de bien todo, llevaré mejor el trago del intenso trabajo que tengo que ir haciendo ahora preparando lo que para mí es la parte fuerte del ciclo anual: tengo que preparar el terreno para los tomates, las berenjenas, los pepinos, los calabacines, y ... por supuesto... la carabasera.

domingo, 3 de marzo de 2013

Ya se huele la primavera

Si, ya casi estamos en primavera, y eso está en el ambiente, incluso en el olor. En Valencia, donde vivo, además de que ya casi estamos en fallas, la primavera se nota sobre todo donde hay plantados naranjos por el intenso olor a azahar que se desprende de los árboles; esto de plantar naranjos, y árboles en general, dentro de la propia ciudad, es una forma de recordarnos a los "urbanitas", que la naturaleza está ahí, y que la necesitamos.
Personalmente, siempre agradezco todo aquello que me recuerda la naturaleza, así que por estas fechas, disfruto del olor de la primavera.
Y eso que las apariencias de la semana pasada eran de lo menos primaverales, con unos días de riguroso invierno, con frío, viento y lluvia. Afortunadamente, esta última ha sido lo mejor que podía pasar en el campo; ha llovido mucha cantidad, pero sin caer toda de golpe, y eso ha hecho que calara bien la tierra, dejando una buena "saó". Tenía un poco de miedo de como estarían las fresas que planté la semana pasada, pero las vi preciosas:
También estaban preciosas las cebollas; todavía no han asimilado el agua que ha caído, pero estoy convencido de que en pasar esta semana, que se habrán alimentado perfectamente, tendrán un aspecto fantástico:
Y es que siempre lo he pensado así: para regar las plantas, vale cualquier agua e incluso cualquier sistema, pero, la mejor agua que pueden recibir es la que les da la propia naturaleza, a través de la lluvia.
Lógicamente, con la que cayó de agua el jueves y el viernes, no pude hacer gran cosa de trabajo, pero vi que algunos árboles estaban exigiendo a grito pelado mi atención:

Se trata de unos ciruelos, que mi padre plantó con pie de almendro, hace ya muchos años, pero que continúan dando frutos, pero la naturaleza es muy "cabezota", y al tratarse de pie de almendro, por la base del tronco, salen siempre retoños del árbol original, y en este caso, han llegado a hacerse enormes; además, junto a ellos, habían cepas de vid americana; esta vid americana, era la de mejor calidad para hacer "varetes" que se plantaban, y luego se injertaban del tipo de uva que se deseara. La calidad de estas vides no necesita más explicación que se trata de plantas que tienen por lo menos sesenta años, y vaya lo que me costó de limpiar; pero el resultado, no pudo ser más espectacular:

Por cierto, si alguien quiere plantón de auténtica vid americana, solo tiene que pedirmela; la que no regale, la voy a destinar para hacer brasas, ya que los sarmientos son ideales para este menester.