domingo, 28 de julio de 2013

calor y color veraniegos

Ayer como todos los sábados estuve por la mañana en el huerto. Y lo cierto es que había que echarle valor;  pese a que cuando salí de casa hacía una temperatura de lo más agradable, al poco rato de estar allí aquello era un infierno de calor. Fue un poco más soportable porque a veces el hecho de hacer algo mal, el corregirlo no siempre es lo peor que pueda suceder. Cuando monté las mangueras para el riego, no so como me las arreglé, pero lo cierto es que habían muchas zonas a las que no llegaba el agua. Y eso tenía que solucionarlo, y mira por donde, precisamente el sábado con casi 40 grados, me puse a cambiar las gomas. Lo que podía en principio ser un castigo, se convirtió en algo bastante agradable: como los críos, cuando tenía demasiado calor, manguerazo al canto. Fue la única manera de soportar el tremendo calor que hacía.
Es verdad que a veces hay cosas que aunque las vemos, hasta que alguien no nos lo dice, nos hacemos los ciegos. El sábado anterior, estuvo allí un primo mío, que lleva toda su vida dedicado a la agricultura, y el que me lo dijo; y claro, basta con que lo sepa otro como para que me entren las ganas de arreglarlo. Aunque me echó la bronca por el riego, me felicitó por como tenía los tomates:
Claro que también me dijo que como era posible que lo tuviera tan lleno de hierbas, pero eso no pareció encontrarlo tan mal como lo del agua. Es verdad que este año estoy muy orgulloso de como me han salido los tomates; no solo las matas tienen un aspecto precioso, de casi dos metros de altas y, como se puede ver en la fotografía, llenas de frutos, sino que éstos tienen un sabor exquisito, como no las había probado nunca, y encima grandes y carnosas:
Claro que además de los tomates, también tengo otras cosas, como por ejemplo los "melones de serpiente". Me hizo mucha gracia el nombre y no se como se llaman en castellano; en valencia los llamamos "anficós":
Por cierto, que no me han salido del tamaño adecuado, mas bien pequeñajos, pero eso es culpa del sistema de riego que ya he hablado anteriormente. Aún no lo he probado, pero por lo que sé es como una especie de pepino, pero más fino y de sabor más agradable. Los calabacines, este año, a diferencia del años pasado, que los tuve como penitencia, simplemente los he probado, pero en cambio, las remolachas, una mata de sandías que planté y las calabazas que planté si que están funcionando. Ya pondré las fotografías.
Y para acabar mi escrito de esta semana, pongo esta fotografía; no es un huerto urbano precisamente, pero a esto de la agricultura urbana, cada vez hay mas gente aficionada; en unos maceteros que hay en la calle, alguien ha plantado estos girasoles, que ajenos al tráfico y al asfalto, crecen igual que si estuvieran en un huerto:
 

domingo, 21 de julio de 2013

Buena pinta tiene el aguacate

No hay mas que ver el aspecto que tiene en la maceta:
Es evidente que aún le falta tiempo para poder trasplantarlo a la tierra, pero no se puede negar que va por el buen camino. Pero para llegar a tener este aspecto, he tenido que ir paso por paso; me llamó la atención la forma y el tamaño de las semillas de este árbol, como si fueran huevos. No se porqué me imaginé que no sería suficiente como hago con otros árboles, es decir plantar la semilla en el suelo y esperar. Así que miré por internet a ver, y lo primero que vi, me desmoralizó: la semilla había de permanecer durante mucho tiempo con la parte ancha del huevo dentro del agua. Para ello, habían varios trucos, pero el que más vi era una especie de trípode con palillos para mantenerlo dentro de un bote con agua. Como que no he sido nunca muy hábil en esto de las manualidades, estuve a punto de dejarlo estar, hasta que se me ocurrió la idea: cogí una botella, y la partí:
De esta manera, conseguía una especie de embudo que al ser más ligero que el agua, se mantendría a flote y con la parte del huevo a remojo y el resto en seco; solo tuve que ajustar un poco la boca de la botella para poder sujetar bien la semilla:
Y así, conseguí lo que deseaba; solo tuve que llenar de agua la parte inferior y comenzar el proceso:
 
El tiempo hizo su tarea; al cabo de unas semanas, comenzaron a salir las raíces y luego, comenzó a salir un tallo hacia arriba. Cuando este tallo tuvo una longitud aproximada de 35/40 centímetros, lo corté dejándolo de unos 10 centímetros aproximadamente:
Y otra vez a esperar a que siguiera el proceso; por un lado de la parte que quedaba, salió una yemita que fue creciendo y creciendo; de esta forma ya podía ver el árbol: en el agua se veían las raíces y en el aire, el tallo y las hojas:
Era entonces el momento ideal para trasplantarlo a la tierra; eso si, teniendo la precaución que estuviera como hasta entonces había estado: con la parte ancha de la semilla enterrada, ahora en la tierra, y la parte estrecha, al aire:
 Y ya está; hace un par de meses que lo trasplanté y ya podéis ver el aspecto tan formidable que presenta ahora.
Y los que me leen habitualmente, se preguntarán ¿a que viene esta historia hoy?; pues nada, simplemente  porque quitando los cambios de cultivo, lo que hago en el huerto yo me lo paso bomba, pero es un rollo para contarlo, porque cambio muy poco, y al menos esta semana, quería contar algo diferente; además os animo a que lo probéis, es un proceso muy bonito y como puedes ir viéndolo todo, comprendes mejor el funcionamiento de la naturaleza.
 




domingo, 14 de julio de 2013

Avanzando, como siempre

Si algo tiene la naturaleza es que siempre está en avance continuo; nunca retrocede, siempre adelante. Hace solo una semana, las plantas del garrofón apenas levantaban un palmo; hoy ya tienen un tamaño aceptable, y dentro de poco, llegarán arriba de las cañas que les he puesto de apoyo:
Y como estas plantas, les pasa a todo: los tomates, aumentando de tamaño y de coloración; lo que hace nada eran unas insignificantes florecitas amarillas, hoy son unos preciosos tomates, algunos de ellos ya maduros:
 
Igual sucede con el resto de hortalizas: los pepinos:

las berenjenas, aunque todavía son pequeñitas, pero ya empiezan a tomar forma y color:
Los pimientos; esta variedad que he plantado, es la ideal para poner en salmuera o para comer crudos en ensalada:
 
Además de las plantas "aéreas", las raíces también se comen, como estas preciosas remolachas:
 

Y como todo, los frutales también; las granadas, aunque este año tengo pocas, ya tienen un maravilloso aspecto:
Pero si las granadas son pocas este año, las aceitunas tal vez me den una agradable sorpresa:
Aunque, de lo que mas me alegro es de las calabazas; tampoco serán muchas este año, pero tengo la sensación de que al menos serán de buen tamaño y mejor sabor (y eso que el experimento de todas las variedades que había sembrado, no ha salido bien):
 Vaya, esta semana si que he puesto fotografías; es lo normal, ya que cuando veo como va adelantando todo, y como va creciendo, y sobre todo, con las ensaladas que estoy comiendo ahora (tomates, pepinos y cebollas junto con el aceite, todo de producción propia), pues como que uno se ilusiona mucho.
Aparte de lo bonito, también está el trabajo, que ahora es agotador, a pesar de las apariencias. Hay dos maneras de hacer este trabajo, y uno de ellos, que es precisamente el que he elegido, es limpiar todo a base de azada; no quiero utilizar herbicidas y tampoco hay tanto como para usar maquinaria. Pero eso no es problema; de hecho, ya tengo casi limpia la zona de los almendros, con lo cual recogerlos, no va a representar problema, y ya he comenzado con los olivos; es cierto que empieza a ser un poco tarde para la poda veraniega, ya que tenía que haberla hecho en junio, pero más vale tarde que nunca.
Poco o poco, sin parar, al igual que hace la naturaleza, seguro que lo conseguiré.
 
 

domingo, 7 de julio de 2013

Con un ratito de calor

No veas como se ha puesto todo con un par de días de calor fuerte, y eso que por la noche continúa refrescando. Y es que cada planta requiere su temperatura y su clima. Pese a que este año retrasé un poco el plantar los tomates, seguía haciendo fresquito y parecía que no marchaban; cuando empezó a hacer algo de calor las matas fueron rápidamente hacia arriba, y esta semana que ya ha hecho calor, ya he recogido los primeros tomates de la temporada; no tienen un gran tamaño, aunque los que todavía están verdes, ya muestran su poderío:
Y si a los tomates les ha ido bien, a las calabazas les ha ido extraordinario; desde la semana pasada a esta, han crecido las matas un promedio de mas de medio metro; las hojas enormes cubren lo que ya se puede llamar calabazas, porque ya no son un proyecto:


Eso, por no hablar de los calabacines; la semana pasada veía que todos cuando alcanzaban unos cinco o seis centímetros de largos, comenzaban a podrirse por la punta. De hecho, había comenzado a preocuparme, porque eso solo me había pasado el primer año que los planté y no llegué a probar ninguno; la diferencia es que este año, las matas tenían buen aspecto, y así me lo han demostrado esta semana; no los pesé, pero a ojo, unos 7 u 8 kilos de calabacines, seguro que recogí.
Otra planta que le ha ido pero que muy bien el calor, ha sido la sandía; si bien la semana pasada no me di ni cuenta, la sorpresa que me llevé fue tan grande como este ejemplar que vi:
No me esperaba que tuviera ya, y menos aún con ese aspecto y ese tamaño; y lo mejor es que aunque era la más grande, no era la única, ya que habían por lo menos dos mas cogiendo forma ya.
Hace tan solo dos semanas, y pese a que ya casi que no era momento, puesto que esto se tendría que haber plantado ya hace por lo menos mes y medio, sembré "garrofón"; eso que lo haces pensando en que no van a salir, puesto que el año pasado lo sembré más en su tiempo y no llegué ni a ver una matita; pues bien tienen un aspecto realmente envidiable:
 Si continúan creciendo igual de rápidos, en nada llegarán a los dos metros de altura; la semana pasada (que ya mostré una fotografía), apenas se veía la matita, y solo habían dos o tres pero esta semana han pegado un "estirón" tremendo, y han salido todas.
Como se puede ver en las fotografías, las hierbas siguen siendo las ganadoras en la batalla por su nutrición, pero estoy luchando contra ello; estas cebollas que se ven en la fotografía, la semana pasada estaban totalmente tapadas por la hierba:
Y es que la naturaleza no descansa en absoluto; y además para ella tan buena es la grama como la cebolla, son eso, plantas. El problema es que si yo quiero comer cebollas, tendré que quitar la grama de alrededor para que se alimenten ellas. Y eso, que lo que veis aquí, es lo que yo llamo mi "huertecito de verano", está más que limpio; no he querido poner ninguna fotografía del herbazal que se han convertido las oliveras. Basta con lo que me agobio cuando lo veo; pero eso si, ya tiene sus días contados. Ahora estoy limpiando ya la zona de los almendros (solo tengo tres árboles, pero el terreno es bastante grande), y se me está quedando super aseado. Cuando acabe con esas hierbas, que algunas llegan a pasar de dos metros y medio de altas, me pondré con las de las oliveras. Pero mientras, a disfrutar ya de los tomates, que es lo que toca