domingo, 25 de enero de 2015

Morir para volver a nacer; así es la vida

Los que seguís habitualmente este blog, habréis observado que hace un par de semanas que no he escrito nada, cuando lo normal es una vez por semana, excepto en situaciones excepcionales; estas dos semanas que no he escrito, se me han dado dos circunstancias realmente excepcionales, con el nacimiento de una preciosa criatura y a la semana siguiente, la pérdida de un ser muy querido. Y es que eso es la vida, nacer y morir. Para que crezcan las plantas, las semillas tienen que morir pudriéndose bajo la tierra, y de esa manera, crecen nuevamente; ese es su ciclo:

Para que pueda conseguir una buena cosecha de patatas, siguiendo con lo que es el ciclo, he tenido que limpiar primero el terreno, eliminando las hierbas que previamente habían crecido, y luego labrar el terreno:
Una vez preparado el terreno, las patatas hay que trocearlas, para un mejor aprovechamiento de sus brotes, y sembrarlas:
Luego, se cubren con la tierra y se prepara el riego para que germine la nueva planta.
No solo las semillas mueren: estos nísperos, que ya empiezan a tomar forma, primero fueron una flor, que una vez fecundada, dejó de existir para convertirse en fruto:
Y es que las flores, para convertirse en fruto han de dejar de existir también:
Disculpadme por mi tono bastante menos optimista de lo habitual, pero al fin y al cabo, la ventaja de un blog es que puede ser bastante subjetivo, y en momentos como este, cuesta coger ideas optimistas, pero las busco; por ello, aprovecho que esta etapa de mi vida comenzó con el nacimiento de mi primer nieto, y a pesar de lo que sucedió después, la vida sigue y hay que afrontarla con optimismo; solo así podremos apreciar la belleza de una simple y sencilla margarita:

o también ver como lo que eran una pequeñas matitas se han convertido en plantas de buen tamaño y empiezan a dar flor y fruto, como estas habas:
O apreciar el árbol en todo su esplendor, pese a que todavía no se distingue el fruto:

domingo, 4 de enero de 2015

Y empieza el 2015

Empieza el 2015 igual que acabó el 2014, con unas temperaturas normales para esta época cuando llego por la mañana, con escarcha, heladas, y frío, pero con unas temperaturas más propias de marzo cuando ya empieza a calentar el sol. Y claro con el frío matinal se han quemado el "garrofón", las alcachofas y los dos aguacates que tenía plantados. El garrofón, ya hace tiempo que en teoría debería haberlo arrancado, pero como seguía sacando frutos, pues bien que me venía; las alcachofas solo se han quemado las flores. Es muy curioso, porque la planta ni se inmuta, pero alcachofa tiene muy poco aguante para el frío. Lo que si que me ha sentado fatal han sido los aguacates; cierto que eran muy jóvenes todavía, pero creía que iban a soportarlo mejor. No se si ocurrirá lo mismo que con el limonero, que ya se ha quemado y "resucitado" tres veces.
Pero lo bonito son las romanescu; por fin las he conseguido y que preciosas:
Bueno, no son esas exactamente, ya que estas tan preciosas son parte del Belén que hay montado en Xátiva. Esta si que es de las que tengo:
Tengo todavía cinco o seis para que vayan creciendo al igual que las otras variedades que tengo plantadas:

Otra planta que también me ha fastidiado el frío ha sido el hinojo; al menos, me ha dado tiempo a coger un par de matas, pero por los pelos.
Ahora me estoy dedicando a preparar el terreno para sembrar las patatas, que ahora en enero es la época de la siembra; de momento ya he quitado todas las hierbas, y espero la semana que viene terminar de labrarlo y preparar los cavallones y el riego y sembrarlas, Pero no todas las hierbas las he arrancado, ya que me ha sabido mal y he "indultado" esta mata de borraja:
El motivo es que yo desconocía todo lo referido a esta planta, y resulta que en algunos sitios, como en Francia, se considera un auténtico manjar y existen multitud de recetas con pinta de ser muy sabrosas. Tengo previsto hacer una entrada dedicada exclusivamente a las hierbas que tenemos la costumbre de despreciar, y en realidad nos estamos perdiendo exquisiteces.