Cuando se está acabando la primavera es cuando se ve el campo en todo su esplendor. Es ahora el momento en el que se empiezan ya a recoger los frutos; los frutales de verano ya están madurando, e incluso algunos ya hace algo de tiempo, como los nísperos; ahora ya empiezan a verse maduros los ciruelos, como estos de la variedad "San José". Estos tienen una piel de un color rojo oscuro, casi negro, mientras que su interior es de color amarillo; tienen una carne bastante dura, semejante a la de los melocotones en cuanto a su textura, pero un sabor muy característico, ligeramente ácido y muy dulce cuando están en su momento óptimo de madurez.
Los otros ciruelos que tengo son de la variedad de fresa; de ellos, ya hablaré más adelante. De momento, ahora están empezando a "pintar", es decir del verde oscuro han pasado a un verde muy claro, casi blanco, y luego se empezarán a enrojecer.
Creo que ya he dicho en alguna ocasión que planté fresas; pues bien, ahora tengo una sensación un poco rara, al menos por el momento. Hay varias fresas ya casi a punto:
La alegría que me produce, me la fastidia un poco el hecho de que la semana que viene o se habrán pasado o tal vez algún bichejo se las zampe. Pero en fin, es lo que hay, y la pega de solo poder ir una vez a la semana. Yo creía que sería más complejo, pero al fin y al cabo, las fresas se cultivan como cualquier otra planta. Mi amigo Miguel, las cultiva en casa, en macetas, y él ya ha comido algunas.
También están ya comenzando a mostrar sus frutos los tomates.Las matas, a pesar de que van creciendo a buen ritmo, todavía son muy pequeñas, pero eso no es obstáculo para que ya vayan dando frutos:
Hace algo de tiempo me quejaba de que las hierbas me lo estaban fastidiando todo, pero ya comenté la semana pasada que con un sencillo cambio de mentalidad, me iba a ir bien; de hecho empecé a limpiar y ahora se puede apreciar perfectamente los tomates:
Pero no solo los tomates. Al limpiar esto, han podido volver a ver la luz del sol los árboles que planté este invierno, y que los pobrecitos estaban totalmente asfixiados: la higuerita que era un bonsai, y el níspero, que junto con el nogal que ya os enseñé la semana pasada, son los que ocupan esa tira de terreno que ahora se ve tan limpia:
Y no quisiera acabar este texto semanal sin poner estas fotografías de flores de granado que le dije a Sole (una seguidora de este blog desde sus principios, y que no me lo comenta por aqui, sino por el facebook); cierto que le dije que le pondría buenas fotografías, pero, conforme están ahora, si me espero otra semana, no podré poner ninguna.
A mi me encantan; tal vez por el contraste tan fuerte del color rojo de la flor, con el amarillo de sus estambres y con el verde oscuro de las hojas.
Me alegra mucho ver que la higuera bonsai se ha habituado tan bien a su nuevo hogar. Con un poco de suerte este verano tendras unos minihigos buenisimos. un saludo. MCarmen
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