domingo, 30 de marzo de 2014

Hoy toca cambio de hora

Como todos los años, el último fin de semana de marzo, toca cambiar al horario de verano. Esto, que a nivel personal me fastidia bastante, porque hasta finales del mes que viene no soy persona, no dejo de reconocer que en otros aspectos, está muy bien. Como amanece cada vez más temprano, el hecho de adelantar una hora, por la mañana apenas tiene efecto, ya que sobre las ocho de la mañana, ya hay suficiente luz solar; en cambio, por la tarde, y a mi esto más adelante me viene fenomenal, que anochezca a las ocho o a las nueve, es una gran diferencia. Esto influye para todo aquello que utilice la luz natural.
Ya han pasado 3 semanas desde la última vez que puse algo en el blog; solo puedo decir que han sido un par de fines de semana atípicos, en los que si bien no he descuidado mis tareas en la huerta, no me han dejado el hueco que siempre encuentro para contar lo que he hecho. Así que ahora toca cumplir también con los que me seguís en el blog. Hace tres semanas, dejé los ciruelos con este aspecto:
Claro, con el tiempo transcurrido, ahora están así:
Claro que además de los ciruelos, todo va notando ya la fuerza de la primavera; la semana pasada, fotografié las patatas, porque estaban preciosas:
Pues bien, solo una semana después, están el doble de grandes:
También tengo que contar que el tiempo no me está ayudando mucho; había quedado con mi amigo Miguel para pasar el motocultor y así adelantar tiempo; pues en tres semanas no ha podido ser, ya que se está pasando toda la semana con sol y viento, y los fines de semana, niebla y lluvia, y así no hay manera; de todas formas, la naturaleza no entiende de excusas, así que ayer, me cogí la azada, y reconstruí un par de cavallones, y aproveché para sembrar los calabacines. 
 
Así que la semana que viene, si mejora el tiempo, pasaremos la muleta, y si no, pues ya que he empezado, continuaré con la azada; al fin y al cabo, hasta el año pasado lo hice así.
Ya empiezo a recoger las habas:
Este año no tienen el aspecto tan bonito que tenían el año pasado, pero si que puedo decir que están sabrosas.
Otra cosa que me ha alegrado, ha sido comprobar que el producto que me recomendaron para el limonero si que ha sido efectivo; tenía un aspecto amarillento muy feo:
Dos semanas después de haber aplicado el producto (un compuesto de hierro), el aspecto es muy distinto:
Es un auténtico quebradero de cabeza este limonero, pero después de haberse quemado por frío dos veces, la "anemia" que tenía y todos los problemas que tiene, espero conseguir probar los limones.
Dos semanas sin escribir, han provocado que me líe esta semana, así que voy a cortar ya; para acabar, pongo estas flores preciosas que crecen en un huerto vecino abandonado:



domingo, 9 de marzo de 2014

Ambiente de primavera

A pesar de que todavía faltan dos semanas para que llegue la primavera, y el vientecillo es mas bien fresquito, ya parece que estamos en primavera; una vez que el sol se pone a calentar, se nota; también se nota en que además de las flores, los frutos ya empiezan a aparecer, como en las higueras:

Ahora han aparecido estos pequeños frutos, y luego saldrán las hojas. Los almendros ya empiezan a pintarse de verde, después de perder el color rosado de las flores, Pero el trabajo en el huerto, no solo es esperar el cambio de ciclo que se presenta aproximadamente cada tres meses, coincidiendo con el cambio de estación; tal vez los humanos hayamos aprendido de la naturaleza con eso de los ciclos. Ahora tienen un precioso aspecto otras cosas que sembré en su momento, como las habas, que ya tienen la forma debida:
Los ajos, sembrados coincidiendo con el solsticio de invierno (a nadal el alls al bancal), ahora, tres meses después, ya están perfectos para recoger como ajetes tiernos; pero todavía les falta tiempo para tener ajos secos; su tiempo de cultivo es de medio año, y se recogerán en el solsticio de verano (i a collirlos per Sant Joan)
Además de los ajos y las habas, tengo las patatas; hace dos años, lo hice en plan experimental, pero este año lo he hecho en serio, y parece que está funcionando:
Han salido prácticamente todas las matas que sembré, lo cual en sí, ya es un éxito, pero es que además, han brotado con fuerza y hermosas:
Y para acabar el escrito de esta semana, me gustaría poner una fotografía, que complementará un poco lo que escribí la semana pasada; dije que tenía vid americana, y aquí hay una cepa; he contado ocho y está ya la he limpiado; el año pasado corté totalmente las ramas de una, que se quedó como la que vemos y este año, la tuve que limpiar nuevamente, porque estaba totalmente llena de esquejes, así que confío que la producción del año que viene será muy buena:

domingo, 2 de marzo de 2014

Bodegas y enología

Este fin de semana ha sido algo atípico para mí; el sábado fui a visitar unas bodegas donde elaboran un vino valenciano de gran calidad; esto de la calidad lo digo después de haberlo probado y porque esa es la sensación que me llevé. Claro, que no iba a dejar pasar la oportunidad de aprender algo de cultura enológica, de la cual, he de reconocer que me falta bastante.
Esta bodega, elabora sus vinos de su propia cosecha; tiene una gran extensión de terreno con viñas, y así, en menos de 15 minutos llega desde la propia planta a la bodega donde comenzará el proceso de vinificación (transformación de la uva en vino)
Mientras visitabamos la bodega, la enóloga que se encargaba de nuestro grupo, nos explicó todo lo relacionado con la elaboración del vino; una cosa que me llamó la atención fue que para la elaboración del vino tinto, la primera fermentación se realiza con el mosto extraído sin separar el "hollejo", es decir las pieles de la uva, ni las pepitas ni los raspones; esto produce el mismo efecto que una infusión y transfiere el color de la piel al caldo del mosto. Además de las pepitas y los raspones, el mosto adquiere los "taninos" que es una sustancia (polifenol), que da aportan al vino ese sabor áspero, seco, rugoso y astringente tan característico sobre todo de los tintos.
Tras explicarnos brevemente como se producen las distintas fases de fermentación, cada una con la temperatura adecuada y el tiempo necesarios, pasaron a mostrarnos lo más clásico, la propia bodega:

Centenares de barricas, de roble francés y americano apiladas en una gran nave a temperatura y humedad constantes iban envejeciendo y dando calidad al vino. Me llamó la atención la importancia de la humedad: los tapones de corcho de las barricas, si están muy resecos permiten la entrada del aire, y por el contrario, si están muy húmedos, se enmohecen y estropean el vino. 
El reposo en las barricas es necesario, no solo para el buen sabor del vino por la transferencia de taninos y del propio sabor del roble, sino por la oxigenación del mismo. Los poros de la madera permiten la entrada del oxígeno necesario para mejorar la calidad del vino. Nos comentaba la enóloga, que con los medios de hoy en día es posible oxigenarlo artificialmente, pero no es la misma calidad.
El vino pasa 18 meses en barrica, y se embotella; luego, pasa otros 18 meses reposando en la botella:

Eso es lo que ví en la bodega; lo que pasó después, no es de este blog. 
También comenté con la enóloga algo relacionado (como no) con mi huerto; allí en mi huerto tengo unas cepas de vid americana y le pregunté el porqué de este cultivo y me estuvo explicando que la vid americana es una cepa totalmente inmunizada contra la filoxera, que es un parásito que entra por las raíces y mata la planta. De esta forma, se planta el esqueje de la vid americana, y una vez ha enraizado, se injerta de la variedad que se elija.
Así, que esta semana no hablo de mi huerto, pero creo que es un tema interesante el que he contado.