Ya casi estamos en el otoño, y eso en el campo se empieza a notar rápidamente; en realidad, más que el principio del otoño, lo que se nota es el final del verano. En primer lugar se nota en que las plantas veraniegas ya van perdiendo fuelle, y produciendo mucho menos; en cualquier caso, sigo teniendo tomates:
Sin embargo, otras plantas como las fresas, parece que no paran, ya que están combinando frutos con flores:
Aunque, este año no todo son buenas noticias en mi huerto; el verano tan anticipado y caluroso que hemos tenido, no ha dejado cuajar nada, como me ha pasado con el maíz; desde lejos, está fabuloso:
Sin embargo, no hay ni una sola mazorca; esto es muy frustrante, pero es lo que hay. Puedo auto animarme cuando veo que al menos tendré dos calabazas:
Después de pensar que no tendría ninguna, al menos dos es una buena noticia; eso sí, las calabacitas de adorno, están preciosas:
También estoy disfrutando este año de los higos, y espero disfrutar muy pronto de las granadas, que ya empiezan a estar presentables y al menos parece que vienen bastante bien de cantidad:
Y ahora es el mejor momento para comenzar con lo que la naturaleza nos invita a recoger; ya he comentado en varias ocasiones que me encantan las acelgas silvestres; además, este año he descubierto las verdolagas; de pequeño recuerdo que cuando mi padre criaba conejos, eran las plantas que más a gusto se comían; pero resulta, que en un mercado de Valencia las vendían para el consumo humano; me he estado enterando a través de internet que son tan buenas en acidos grasos omega 3 y todo eso, que no he resistido la tentación de probarlas:
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