domingo, 20 de octubre de 2013

Paseos, caquis y olivos

Otoño es, con diferencia, la época del año en la que mas me apetece salir a ponerme en contacto directo con la naturaleza; no es que no lo haga habitualmente en el huerto; de hecho, el otro día estaba oyendo por la radio un programa en el que se hablaba de que los agricultores son, (somos, aunque aficionadillo, también me considero agricultor) los mejores cuidadores del medio ambiente; una hectárea de naranjos, es capaz de convertir como unas siete veces mas CO2 en Oxígeno, que la misma superficie de bosque. La verdad es como para sentirse orgulloso de pertenecer a este colectivo.
Pero, repito, me gusta salir también a dar paseos por la montaña, y a pesar de que este año no ha llovido y por tanto no hay, también me encanta recoger rebollones. Aun estamos a tiempo y si llueve, tal vez recoja alguno.
Los paseos, me permiten "dotorear" o "cotillear" en otros huertos, lo que me ayuda mucho en mejorar mi estilo; algunos, además de huerto parece que tengan jardín:
y es que en el fondo, no hay ninguna diferencia real entre un huerto y un jardín; uno produce tomates y otro hermosas flores, pero el trabajo es idéntico. En este caso es un huerto por el que paso muchas veces y me llama mucho la atención por su absoluta limpieza; ni un hierbajo, ni un surco que no sea absolutamente recto, y sobre todo, porque dando límite a la parcela, flores de toda clase: rosales, geráneos, jazmín, y estas hermosas campanillas.
En estas época también están floreciendo todas las hierbas silvestres (romero, tomillo, etc), y están adquiriendo un precioso aspecto:
Lo cierto es que no se como se llama la de la fotografía, pero ¿no es bonita?.
La zona por donde paseo habitualmente, es una zona de sierra, en la que a principios del siglo pasado, la mano del hombre, en su necesidad de ampliar los cultivos, adaptó perfectamente a sus necesidades, "abancalando", es decir creando bancales, en plena sierra, y plantando en la misma, árboles resistentes, como almendros, y olivos. Con el tiempo, esto se ha ido perdiendo, y la naturaleza, terca como ella sola, recupera lo que es suyo; solo hay que ver como ha quedado este bancal de oliveras, en plena sierra:
¿Me repetiré demasiado, si vuelvo a decir que el olivo es un árbol que me encanta y que cada día me gusta más?; si encuentro alguno llamativo, no dudo en fotografiarlo...
Este de la fotografía, también es de la sierra, de uno de esos bancales que no se han abandonado. Hablando de olivos, hay un blog que sigo desde hace poco: el objetivo de feli; es de una compañera de trabajo que hace unas fotos de la naturaleza realmente exquisitas; pues bien, hablando con ella, le pedí que me pasara algunas fotos que tiene de olivos, y aquí están (las pondré también en "los huertos de mis amigos")



Preciosas fotografías (gracias, Feli).
Y es que ya es casi hora de recoger las aceitunas; en condiciones normales, aún faltarían incluso semanas, pero con este tiempo tan raro, ya están maduras; sin embargo, los caquis, que es otra de las frutas que más me gustan a mi, están ya listos para coger; mi amigo Miguel, el año pasado apenas tuvo y además muy pequeños; este año, ya los está recogiendo y me dio una buena cantidad. Aunque aparentemente estaban verdes, apenas entrados en color, me dio a probar uno, y realmente estaban sabrosos; no eran de la variedad persimon, que esos se comen simplemente cuando están con el color adecuado, sino que estaban adobados: en un recipiente cerrado, unos cuantos, dependiendo de la capacidad del recipiente, y una copa de brandy en el medio; así, durante cuatro días, y luego, a disfrutarlos.
Los que me seguís habitualmente, preguntaréis ¿Qué no has hecho huerting?, pues si, si que he estado, como todos los sábados en la huerta, he plantado cebollas, he sembrado espinacas, he limpiado un trozo más de hierbas, pero, esta semana prefería hablar de paseos, de olivos y de caquis.
 

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