domingo, 17 de noviembre de 2013

Y de repente, la nieve

Pues si, con traición y alevosía se presentó la nieve. La semana pasada, acabé reventado, con un calor tremendo recogiendo las aceitunas, que por cierto este año, ha sido fatal, precisamente por ese calor que ha provocado que madurasen demasiado pronto, se secaran y cayeran al suelo, y ayer, cuando me levanté, como todos los sábados, me encontré con que estaba nevando, y además muy fuerte. Era increible; el viernes, hacía frío, pero nada hacía pensar la fuerte nevada que pillé; y menos mal que fue muy poco tiempo, porque si llega a durar más tiempo, nos quedamos bloqueados; con solo un cuartito de hora de nevar, fue impresionante como se puso aquello; y además, por esta zona, lo cierto es que no estamos muy habituados:



Bueno, pero la nevada no fue en mi huerto, ya que normalmente estoy a unos veinte minutos en coche; y claro, me llegué a plantear a ir ese sábado; pero el tiempo parecía que iba a mejorar, así que aunque mas tarde de lo habitual, me fui a mi cita habitual de todas las semanas. Allí no había nevado, pero si que ¡por fin! había llovido bastante; el terreno, aunque practicable, estaba muy húmedo, recién regado. Así que me dediqué a quitar las matas ya secas de las habichuelas. No ha estado nada mal la prueba que he hecho este año. Una vez quitadas, las matas, ya comencé con la limpieza del terreno; mientras, las habas, ya han salido:
Sin embargo, de las espinacas que sembré, no hay ni señales. El clima tan caluroso que hemos tenido hasta prácticamente ahora mismo, ha provocado que siga teniendo berenjenas:
pimientos:
Y sin embargo, las flores de los nísperos van muy retrasadas:
Afortunadamente, parece ser que ya estamos con el tiempo que debe hacer; tampoco era preciso que nevara, pero si que era preciso que refrescara algo, y sobre todo, que se remojara la tierra.

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