La verdad es que la gente del campo, los agricultores de toda su vida, son una gente realmente maravillosa; otra de mis costumbres es darme grandes caminatas siempre que puedo; hace unos días, en una de esas caminatas vi a una persona que estaba regando unas matitas recien plantadas; con la excusa de preguntarle que era aquello que había plantado, estuvimos largo rato hablando como si nos conocieramos de toda la vida. Fue un rato muy agradable, puesto que además, en un atardecer de un día caluroso y todas esas cosas que acompañan al campo, hay que añadir una sensación de tranquilidad y buena compañia que, con los tiempos que corren es muy gratificante. Este agricultor (acabamos el rato de compañía y ni siquiera cumplimos con el protocolo de presentarnos), me obsequió con unas matitas de col romanescu, que al día siguiente planté en mi huerto; buscando por Internet, he encontrado bastante información sobre dicha col, y lo que más llama la atención es su aspecto, como se podrá observar en las fotografías. Bueno, espero probarlas más adelante.
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| Estas son las matitas que planté |
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| Aspecto de la col (fotografía recogida de mercadocalabajio.com) |
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| Como tendrá que quedarme |
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| preciosa y curiosa imagen |
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