La imagen, lo dice todo: solo hay que mirar como estaba este almendro, y el azul del cielo para poder imaginarse el primaveral día que pudimos disfrutar el sábado. ¡Ya tocaba!; después de varias semanas de un frío intenso, con temperaturas bajo cero que lo helaron casi todo, se agradece un día tan bonito, tan luminoso y tan cálido. Una temperatura que me permitió adelantar bastante los trabajos de preparación de la tierra para las hortalizas de primavera; este año, llevo idea de lo típico: los tomates (tengo en mente al menos tres variedades), los pepinos, los rabanitos, las lechugas, ... en fin, sabrosas ensaladas mediterráneas.
Es cierto que un día así, hace subir notablemente el optimismo; en la revisión que hice, vi que las habas no se habían perdido totalmente, ya que había mucha flor todavía y además, las que planté en una segunda tanda, están preciosas, así que seguramente si que las podré comer este año también. También vi que las lechugas "hoja de roble" que tenía plantadas, y que estaban como "invernando", ya que no iban ni hacia delante ni hacia atras, parece ser que definitivamente sí que han arrancado, como se puede ver en la imágen:
Este buen tiempo, ha dado un gran impulso a toda la vegetación, pero básicamente, a los frutales; he visto que los ciruelos ya empiezan a mostrar lo botoncitos de lo que en pocos días serán las flores, los nuevos brotes de las higueras, y, algo que me alegró mucho, que pese al frío, los nísperos también van adelante:
Está claro, la primavera ya la tenemos casi ahí encima; y con ello, la eclosión de la vida en la naturaleza. Esperemos que este nuevo ciclo que está a punto de empezar, nos vaya a todos fenomenal.
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