domingo, 25 de marzo de 2012

LAS CIRCUNSTANCIAS...

Las circunstancias, esas cosas que suceden a veces, para bien o para mal, casi que me han superado estos últimos fines de semana. La semana pasada, una grave circunstancia familiar, aparte del dolor, no me permitió mis habituales tareas hortícolas, ni tampoco el relatarlo aquí. Pero es que esta semana, tampoco me han salido las cosas tal y como las tenía planeadas (aunque no siempre esta circunstancia ha de ser negativa). 
Con el buen tiempo ya encima, tenía previsto ir labrando ya y finalizando la preparación del terreno para los tomates; con esa predisposición, me planté en la huerta el sábado por la mañana, pero, ahí empezaron ya las dichosas "circunstancias". El martes y también el miércoles, allí no lluvió, sino que diluvió, lo que provocó que el terreno todavía estuviera embarrado y no pudiera hacer nada con la azada. Así que, ligeramente desanimado, comencé a pasear para ver que cosas podía ir haciendo; evidentemente, este agua vino fenomenal para todo, y básicamente para las hierbas, que me llenaron todo lo que ya tenía limpio. Me acerqué hacia las habas con la intención de limpiar un poco, y allí ya comenzaron las cosas buenas: ya tengo habas para coger!!
Cogí una rascadora y nada más empezar oigo que me llaman; mi mujer, su prima y un amigo, que se presentaron allí; esta semana lo habíamos comentado, pero ni idea de que pudiera hacerse tan "pensat i fet". Y a ver, que se hace en estos casos?. Pues lo normal; su intención, además de almorzar era ir a coger espárragos silvestres, así que, puesto que en el huerto, tengo muchísimas esparragueras, comenzamos a pasear y a recoger; la verdad es que cogimos bastantes, pero bastantes. Luego, ya comenzamos el almuerzo; lo típico, morcillitas, longanizas, panceta,... en fin, colesterol en estado puro.
No tenía mala pinta, pero había que equilibrar, y desde luego, estábamos en el mejor sitio; unas  habitas y unas lechugas de hoja de roble, para hacer una ensaladita (sin aceite ni vinagre, a nadie se nos ocurrió).
Y, no solo de carne se almuerza; unas sencillas cebollas tiernas, a la brasa, es un bocado exquisito (no, no son calçots, aunque lo parece):
Total, que cuando acabamos, un nuevo paseo para que bajara la comida, y más espárragos que recogimos, de las esparragueras que habían junto al camino; total, una mañana que comenzaba agobiado porque tenía mucho trabajo que hacer, y no podía hacer nada, se convirtió en una estupenda mañana festiva. Y es que aunque las circunstancias nos manden, siempre podemos convertirlas en algo a nuestro favor.
Bueno, y además, el campo en primavera es algo espectacular:


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