domingo, 21 de octubre de 2012

Fin de semana y lluvia

Recuerdo la película de Berlanga, "los jueves milagro"; pues bien ahora parece que "los sábados lluvia". Y anda que este sábado no ha caído nada. Pude acercarme un poco el viernes pero solo para mirar, no pude hacer nada. Estaba amenazando ya la que iba a caer, y recogí un poco de lo que había, que a estas alturas ya no es mucho: un par de calabacines, tres tomates y tres berenjenas; las berenjenas, este año, si que me están cundiendo:
Como puede verse en la fotografía, todavía hay muchas y además mucha flor que promete más fruto. También por fin, me han salido los cardos, pero solo 3 matas de 10 que planté:
Pude ver que las habas que sembré hace un par de semanas, ya asomaban y se unían a sus compañeras que ya tienen mes y medio aproximadamente; así que en breve, a comer habas.
Podría excusarme en que no he hecho nada en el huerto para no escribir, pero eso me parecería una falta de respeto hacia los que me seguís en el blog, por lo que estuve recordando una conversación con Miguel, en la cual me dijo que las berenjenas crudas eran tóxicas. Evidentemente, me lo creí, puesto que no suelo poner en duda lo que se que me dicen de buena fe, pero decidí enterarme de qué había de cierto en ello.
Efectivamente, la berenjena es una planta de la familia de las solanacéas, a las que pertenecen las patatas, la belladona, la misteriosa "mandrágora", o el tabaco, y contiene un alcaloide, la solasonina, cuando no está bien madura. Aunque la mayoría del alcaloide, está en las hojas, no es conveniente que las personas con problemas cardíacos las consuman; en cualquier caso, sus efectos se atenúan con la cocción, aunque no llegan a desaparecer del todo. Es decir, que incluso cocinada podría ser tóxica; lo que ya no me atrevo a decir es que sean venenosas, y la prueba de que no lo son, es que estoy escribiendo esto (y si que he comido patatas crudas, aunque no he comido berenjenas crudas).
En cambio, si que tienen unos efectos positivos en cuanto a sus propiedades medicinales muy dignos de destacar: 
Mejoran la circulación, ayudando a reducir el colesterol y previniendo la arterioesclerosis. Resulta muy útil el comerla después de una comida abundante en grasas, ya que sirve de desengrasante y no permite que los ácidos grasos saturados se depositen en las arterias, expulsándolos por los intenstinos. También estimula la bilis, ayudando al hígado a disolver las grasas.
La pasta resultante de machacar la pulpa de la berenjena, suaviza las quemaduras, especialmente las quemaduras solares... (se puede uno poner "gamba" en la playa y luego, se reboza con berenjena, y como nuevo); esta pasta, también ayuda a calmar los dolores reumáticos.
Por su alto contenido en agua y su bajo contenido calórico, es excepcionalmente buena en dietas de adelgazamiento, aportando minerales como fósforo o hierro, junto con potasio, calcio y sodio. Sin embargo, en comparación con otras verduras su aporte vitamínico es muy pobre. Parece ser que su consumo inhibe el crecimiento de células cancerígenas en el estómago, lo que aunque en animales si que se ha comprobado, todavía no se puede demostrar que funcione para los humanos.
No quiero enrollarme más, y en Internet hay sobreabundancia de información de este tema, así que os recomiendo unas tiras de berenjena a la plancha, con un pelín de sal... y nada más. (creo que cenaré eso esta noche).

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