domingo, 3 de marzo de 2013

Ya se huele la primavera

Si, ya casi estamos en primavera, y eso está en el ambiente, incluso en el olor. En Valencia, donde vivo, además de que ya casi estamos en fallas, la primavera se nota sobre todo donde hay plantados naranjos por el intenso olor a azahar que se desprende de los árboles; esto de plantar naranjos, y árboles en general, dentro de la propia ciudad, es una forma de recordarnos a los "urbanitas", que la naturaleza está ahí, y que la necesitamos.
Personalmente, siempre agradezco todo aquello que me recuerda la naturaleza, así que por estas fechas, disfruto del olor de la primavera.
Y eso que las apariencias de la semana pasada eran de lo menos primaverales, con unos días de riguroso invierno, con frío, viento y lluvia. Afortunadamente, esta última ha sido lo mejor que podía pasar en el campo; ha llovido mucha cantidad, pero sin caer toda de golpe, y eso ha hecho que calara bien la tierra, dejando una buena "saó". Tenía un poco de miedo de como estarían las fresas que planté la semana pasada, pero las vi preciosas:
También estaban preciosas las cebollas; todavía no han asimilado el agua que ha caído, pero estoy convencido de que en pasar esta semana, que se habrán alimentado perfectamente, tendrán un aspecto fantástico:
Y es que siempre lo he pensado así: para regar las plantas, vale cualquier agua e incluso cualquier sistema, pero, la mejor agua que pueden recibir es la que les da la propia naturaleza, a través de la lluvia.
Lógicamente, con la que cayó de agua el jueves y el viernes, no pude hacer gran cosa de trabajo, pero vi que algunos árboles estaban exigiendo a grito pelado mi atención:

Se trata de unos ciruelos, que mi padre plantó con pie de almendro, hace ya muchos años, pero que continúan dando frutos, pero la naturaleza es muy "cabezota", y al tratarse de pie de almendro, por la base del tronco, salen siempre retoños del árbol original, y en este caso, han llegado a hacerse enormes; además, junto a ellos, habían cepas de vid americana; esta vid americana, era la de mejor calidad para hacer "varetes" que se plantaban, y luego se injertaban del tipo de uva que se deseara. La calidad de estas vides no necesita más explicación que se trata de plantas que tienen por lo menos sesenta años, y vaya lo que me costó de limpiar; pero el resultado, no pudo ser más espectacular:

Por cierto, si alguien quiere plantón de auténtica vid americana, solo tiene que pedirmela; la que no regale, la voy a destinar para hacer brasas, ya que los sarmientos son ideales para este menester.

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