Al fin, ha llovido, y bastante. Cierto que me ha fastidiado un poco, porque tenía que llover precisamente el sábado por la mañana, que es el único momento a la semana que puedo trabajar en el huerto, pero de todas formas, bienvenidas esas gotas que me choparon totalmente y dejaron un poco menos sedienta a la tierra.
Ni que decir tiene el momento más oportuno; todavía es "agua de mayo" la que cayó y llega en un momento, sobre todo para las aceitunas inmejorable. Cierto que para las almendras y otros frutos es un poco tarde ya, pero hay que ser positivos y, sobre todo teniendo en cuenta que no perjudica, alegrarse por lo que beneficia. Las calabazas que si que me han salido, lo van a agradecer y mucho:
Veremos que tal me sale el experimento: cada línea es una variedad distinta de calabazas: una calabaza de color verde oscuro, que según me avisaron es muy dulce, otra, de color rojizo, muy buena para caldos y sopas, y otra, la conocida como "de Totana", que es la más conocida por esta zona. La que sembré yo, al mismo tiempo que esta, y que es la continuación de la saga de la que inicié hace cuatro años, en principio, no había salido ninguna, así que las sembré en macetas; una idea que me funcionó:
De momento, ya he trasplantado cinco, y aún me quedan algunas que todavía no han salido, pero con un poco de paciencia, seguro que me salen; bueno, primero sembré unas cuantas a lo bruto, sin pararme a pensar si lo hacía correctamente o no; luego, hablando con gente experta, lo hice más cuidadosamente; la única diferencia fue que unas las sembré en macetitas, con tierra del huerto, y las otras, me hice unos recipientes cortando botellas de plástico, y en vez de tierra, lo sembré en sustrato vegetal; de momento, salen ganando las de tierra natural, pero aún queda tiempo.
Y de las calabazas, a los calabacines; es increible la capacidad de crecimiento de estos frutos; la semana pasada recogí unos pocos, y con un tamaño pequeño (unos 15 o 20 cms de largo); en las matas solo quedaban flores, pero esta semana:
más que calabacines parecían obuses; la mayor parte de los que cogí pasaban de los 40 cms de longitud, y con un diámetro proporcionado; sin embargo, y a pesar del tamaño, están tiernos y el que probé a la plancha, que es como más me gustan a mi, se deshacía en la boca.
Otra planta que ya empieza a dar frutos, es la berenjena:
Y con todo esto, la lluvia que va a ayudar mucho a que vayan creciendo de tamaño, floreciendo y dando frutos.
No quiero acabar esta semana, sin compartir una fotografía que me han enviado de como se protegen los melocotones con bolsas de papel, para evitar que los piquen los insectos y los pájaros:
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