domingo, 24 de julio de 2016

Poca cantidad, pero mucha variedad

Las distintas cosechas que estoy recogiendo este año, se caracterizan por dos cosas: poca cantidad, pero al menos tienen un buen tamaño, y tienen calidad, como por ejemplo estas dos mazorcas de maíz; asadas con fuego lento, y con una pizca de sal y aceite de oliva se convirtieron en un manjar:
No me quedan muchas más para recoger, pero al menos ya las he disfrutado. De las sandías, no puedo decir lo mismo; no tengo buen ojo para saber si están o no maduras, y pese a que esta no tenía un gran tamaño, cuando la abrí, tenía un color amarillento/rojizo que no presagiaba un buen sabor; de hecho, le faltaba aún bastante para coger ese sabor tan dulce que tienen estos frutos:
De sandías solo me quedan dos para poder recogerlas, así que esperaré a que maduren más. Sin embargo, los melones si que hay unos cuantos más, generalmente ocultos bajo las enormes hojas; el que cogí, aún estaba bastante verde, pero ya comenzaba a estar dulce, así que desapareció rápidamente; por cierto, si que tenía un buen tamaño, no como la sandía:
Por supuesto, al cajón también fueron a parar los tomates, las cebollas, los calabacines, los pimientos y las berenjenas, que dieron un aspecto con mucho color a la cosecha del día: 
Pero el trabajo nunca falta; las hierbas hay que ir arrancándolas, ya que este tipo de hierba si simplemente se corta aparece con más vigor todavía y más rápidamente; de hecho, en la limpieza que he realizado, me he permitido hacer un par de fotografías (un antes y después), de como está y como lo dejo:

Se puede apreciar, una vez limpio el terreno que las matas de las berenjenas están muy grandes y preciosas, y además están dando buenos frutos; también puede verse una pequeña mata de anficoz (o melón serpiente), de las que creía que no me iban a salir, y de hecho esta es la única que ha salido.
Este año, he podido limpiar bastante bien el terreno de hierbas, con lo que he conseguido un aspecto de huerto, no de herbazal como lo he tenido otros años:
Esto me permite tener perfectamente controladas algunas plantas que en otras circunstancias no lo podría hacer, como la hierbabuena:
o las fresas, que creía que se habían muerto, pero están aguantando aún:
Las pobres este año han sufrido dos trasplantes, el cambio del terreno y sobre todo, han estado cubiertas de hierbas durante demasiado tiempo, pero resisten.
Eso sí, con la limpieza de hierbas debo ir con mucho cuidado; si bien puede salirme un conejo a poca distancia, con un salto espectacular, dándome el susto correspondiente, bastante más me asusté cuando al arrancar unas hierbas que habían en la base del tronco de una higuera, me encontré con este "bichejo"; casi me da algo!!

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