domingo, 29 de enero de 2017

Frio excesivo

Pese a que estamos en invierno, y lo normal es que haga frío, estos cambios tan brutales que estamos teniendo últimamente, no son nada buenos en absoluto. Tras las lluvias abundantes que tuvimos hace poco, esta semana pasada, se ha caracterizado por un temporal de lluvias igual de intensas, acompañado de un frío exagerado para esta zona; solo por poner un ejemplo, cuando fui al huerto a principios de semana, aparte de que estaba encharcado, la temperatura era de 6 grados bajo cero. Impresionante, y además muy perjudicial para algunas plantas. De hecho, las patatas, que la semana pasada tenían muy buena pinta, han desaparecido; solo se llegan a ver algunos pedazos de hojas quemadas por el frío.
Mucho me temo que eso le esté sucediendo también al aguacate:
Sin embargo, y a fecha de hoy, lo que no quiere decir que no continúe el peligro, el limonero sigue vivo:
Eso sí, hay algunas ramas amarillentas que no me gustan nada, pero parece que en general está bastante bien. Parece ser que las lluvias han amortiguado algo el frío, pero todavía es un poco pronto para garantizar nada. Sin embargo, los almendros siguen con la flor viva:
Dentro de todo lo que está pasando por el frío, no deja de ser una buena noticia, aunque para confirmarlo, tendrán que pasar algunos días 
Si algo me dejó un trabajo impresionante las lluvias anteriores, fue la enorme pitera, que con la ayuda de estas de ahora, se habría llegado a caer, de no ser por el soporte de la olivera que tenía a su alcance:
No tuve ya más remedio que arrancarla; fue un trabajo realmente duro y pesado, porque para evitarme riesgos físicos, lo primero que tuve que hacer fue cortar todas las hojas una por una, hasta que solo quedó el tronco. Una vez hecho esto, ya solo quedaba arrancarlo. Solo que un tocón de un metro largo de altura, con un diámetro de unos 70 centímetros, sujetado por unas escasas, pero tercas raíces a un par de metros de altura, es algo complicado para una persona sola, así que tuve que echar mano de la imaginación y finalmente conseguí tirarlo al suelo, donde terminé de limpiarlo y dejarlo en sitio seguro para que se vaya secando, Eso si que costará, porque estas plantas son prácticamente agua, pero hasta que no se sequen no puedo hacer nada más. Eso si, al menos la olivera ya no sufre su tremendo peso:
Por cierto en la fotografía se puede ver el tronco que había quedado. Una vez que me deshice del peligro que representaba la pitera, continué con la limpieza de las oliveras; esta vez, además de la poda, estoy limpiando el suelo y cubriendo las raíces que están más cerca del tronco, ya que así me lo ha recomendado gente más habituada que yo al cultivo de estos árboles:

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