domingo, 9 de diciembre de 2012

Recolección de las aceitunas

Buff, agotador; vaya tres días que he llevado, pero lo conseguí; he conseguido recoger todas las aceitunas; he pasado de doscientos kilos, cosa que dudaba, pero si, este año si que ha estado bien el tema, mucho más del doble que el año pasado; eso sí, a cambio, mucho trabajo y un agotamiento tremendo, pero feliz. 
No he hecho muchas fotografías, en contra de mi costumbre, y por eso, empiezo esta entrada en el blog con la fotografía de una preciosa olivera, no es mía, pero me encanta: (también esté en otra parte de este blog, pero aquí cabe como anillo al dedo:
Y es que el olivo es un árbol que está acompañando al hombre prácticamente desde que está sobre la tierra; el sabroso aceite siempre ha servido como acompañamiento para comidas, y como un excelente lubricante para otras necesidades. Las distintas religiones lo han mitificado y su longevidad, no hace sino acrecentar su leyenda; esta que aparece en la fotografía, he de procurar enterarme de cuantos años tendrá, pero yo estoy convencido de que tendrá más de trescientos, que se dice pronto. Las mías, según me han dicho gente que entiende, tienen entre 100 y 125 años; yo solo puedo certificar que tienen algo mas de medio siglo, porque las recuerdo incluso cuando tenía menos de tres años; algunos de los recuerdos míos de esa época, ya los tienen en la imagen.
A lo que ibamos, que me estoy enrollando; llegué el jueves, para aprovechar el puente festivo, y a primerísima hora extendí las telas y a la marcha, a tirarlas lo más rápido que pude:
Lo cierto es que han sido unos días con una climatología extraordinaria, una temperatura fresca, pero sin agobiar, solecito a media mañana que templaba perfectamente el ambiente; así da gusto hacer tareas al aire libre. Finalmente las cargaba en el coche, y a la almácera, para que se conviertan en rico aceite.
Nunca me había parado a pensar en la variedad de colores de las aceitunas; siempre me habían parecido verdes o negras. Sin embargo, las manzanillas, cambian progresivamente del verde a un verde azulado, luego a un morado y finalmente al negro; las blanquillas, pasan primero del verde a un tono amarillento, que va enrojeciendo pasando por un rojo fucsia precioso que cambia al morado y finalmente al negro.
Cuando llegué a la almácera, habían como unos veinte vehículos delante de mi; furgonetas, camionetas, coches con remolque, y turismos como el mío, con unos pocos capazos; y es que en esta zona al menos, la gente cultiva las aceitunas, por estos días; gente como Miguel, que van a recogerlas en uno o dos fines de semana, que se junta toda la familia, y con la excusa se preparan unas parrilladas excelentes, o Juan, que me lo he encontrado esta mañana, y en vez de las mantas, ya estaba cargando en la furgoneta un capazo con lo que iba a ser el almuerzo.
De hecho, hay incluso poblaciones que celebran fiestas; me comentaba Sole (desde Toledo) que en su pueblo celebran la fiesta del olivo; como lee esto, espero que se anime por fin, y me envíe alguna fotografía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario