domingo, 15 de diciembre de 2013

Por fin coincide, estamos en otoño

Ayer si que hizo un día con un aspecto totalmente otoñal; nublado, con niebla, humedad por todos los lados, pero nada de frío; una temperatura fresca, eso si, con una humedad que tonificaba. Realmente era un día con unas condiciones atmosféricas geniales para lo que tengo que hacer ahora en el huerto. Coger la azada con estas condiciones, no es que sea un placer precisamente, pero si que es bastante más cómodo que con el calor sofocante que he pasado este verano, o con el frío intenso que hemos sufrido un par de semanas consecutivas.
Este tipo de clima, provoca que no vaya todo conforme toca; en teoría debería tener ya el níspero totalmente lleno de flor, pero en realidad tengo muy poca; eso si, tal vez debido a la poda que le he hecho este verano, tiene un aspecto precioso, no como otros años que simplemente parecía un montón de pelusilla:
Y mucho me temo que de este invierno no pase ya el limoneros; las hojas las veo demasiado amarillentas, y pese a que le puse un producto que me aconsejaron, aunque hizo un intento de revivir, cada vez tiene peor aspecto; si a esto le añadimos el poco aguante que tiene para las heladas, no se como quedará al final.
La semana pasada hablaba también del cultivo del olivo por espaldera; es cierto que me ha impactado bastante el conocer ese sistema, que en principio, me gustaba, pero luego me vinieron muchas preguntas, que me he preocupado de buscar respuestas; como me temía no todo es tan bonito como lo pintan, pero en un mundo donde priva el ganar dinero ahora, las respuestas que me he encontrado, no valen. Para el cultivo por espaldera, el olivo ha de tener una "sobrealimentación", a base sobre todo de abono químico, ya que el orgánico es insuficiente. Luego, llega un momento que a pesar de esa sobrealimentación, se agota, y hay que renovar las plantas. Si, claro, estoy hablando de 10/15 años, que rentablemente son más que suficientes para que económicamente no represente ningún sacrificio el arrancar el viejo y poner uno nuevo.
Pero, al menos a mí me parece así, eso de matar árboles, aunque los repongas, por el simple asunto económico, es una auténtica barbaridad. Y más cuando se trata de árboles que perfectamente pueden reflejar la eternidad, como son los olivos. Y es que si este sistema de cultivo se populariza, imagenes como esta, ya no se podrán repetir

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