Los almendros son los auténticos heraldos y embajadores de la primavera; son los primeros árboles que empiezan a mostrar sus flores; nada más comenzar a notar las primeras sensaciones de que el frío va a irse, y la savia comienza de nuevo a circular, empiezan a mostrar sus flores; unas flores rosadas, que muestran el inicio de un nuevo ciclo de la naturaleza:
Esta sensación de ver un árbol tan lleno de flores, en un día tan frío e invernal como fue el pasado sábado, es casi lo más habitual. A veces es problemático porque aún quedan todavía muchos días fríos; las heladas pueden hacer que se pierda la cosecha. Pero de momento, quedan como muy preciosas fotografías:
Este año, el clima realmente no está acompañando nada en absoluto; la mayor parte de días, nos encontramos con todos los elementos que nos podamos imaginar; cuando llegué el sábado, hacía un día estupendo, con una buena temperatura pese a las fechas en que estamos. De repente, se levantó un vientecillo fresquito, que enfrió totalmente el ambiente. Comenzó a nublarse y empezó a llover; nada un par de minutillos, suficiente para mojar todo, y para acabar con el cielo despejado e incluso calor. A pesar de todo esto, pude adelantar bastante con la poda de los olivos. Ya casi que he acabado con esta tarea.
Y es que en la naturaleza todo son ciclos.
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