domingo, 30 de septiembre de 2012

Por fin llegó la lluvia

Por fin, llegó la lluvia; ha tardado mucho mucho, pero ha sido una barbaridad de agua la que ha caído; según las noticias del tiempo, aproximadamente unos 90 litros. Eso cayó el viernes, y el sábado, como es mi costumbre, me planté en el huerto. Allí no se podía entrar, se hundía uno, pero afortunadamente, solo fue agua y caló toda. Eso fue fantástico, básicamente en mi caso para las aceitunas, pero también para las granadas, que ya están casi a punto.
Esta vez no hice fotos, ya que me quedé provisionalmente sin cámara, pero la semana que viene lo completaré. Cotillée un poco por los huertos vecinos, ya que por razones obvias no pude hacer nada de trabajo en la huerta y vi que, al menos a simple vista a todos les vino fenomenal la lluvia.
Finalmente, hice unas cuantas cosas de esas que nunca se tiene tiempo de hacer (a cubierto, evidentemente), y cuando pude entrar, levanté las algunas cañas de las tomateras que me había tirado el viento, y de paso recogí unos cuantos tomates (no muchos, pero es que pensar que a finales de septiembre todavía esté cogiendo tomates me hace "flipar"), calabacines, berengenas y para evitar problemas de podrido, como tuve el año pasado, un par de calabazas que todavía me quedaban, y que pensaba esperar a que se secara la mata para recogerlas, pero con la humedad del suelo existe mucho riesgo de que se pudran y no me haría ninguna gracia.
Aparte del bien que evidentemente ha hecho esta lluvia, a mi me va a venir fenomenal, ya que para la semana que viene tenía previsto plantar unos árboles que tengo que recoger esta semana (en concreto, una olivera, dos nísperos y dos nogales); así, con la tierra reblandecida por el agua, voy a poder plantarlos sin ningún problema, ya que además, las raíces irán más rápidas.
Bueno, eso es todo lo que puedo contar esta semana, pero la próxima, pondré fotografías, ya que esta semana no he podido hacer ninguna

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